Entre tu cuerpo y el mío universos de vida se expanden
Del no-ser a la nada, al vacío o a lo eterno. Y del interser a la multiplicidad de formas de vida con las que cohabitamos, es decir, a la totalidad de la existencia. La exposición Del no-ser al interser establece el desarrollo de la conciencia de sí como principio hacia una política del agenciamiento centrándose en nuestras relaciones con otros seres o formas de vida. Así, la muestra opera entre los procesos experimentales de registro de lo que podríamos llamar la experiencia de la existencia. Mediante la fotografía, el vídeo, el documento y el objeto científico, así como la instalación, se va desgranando un trabajo de investigación en el que Ana Pastor ha estado inmersa en los últimos diez años.
La exposición parte de la conceptualización de la noción de no-ser a través de una serie de trabajos que ahondan en el empleo de dispositivos de autoconocimiento, así como de recursos confesionales para arribar a un ser abocado a la nada, a la muerte y al vacío. A través de la performatividad de ciertos métodos curativos ancestrales de culturas chamánicas que tiene como objetivo el desarrollo de la autopercepción [Not to be/ No ser (2012)] hasta la proliferación de ejercicios confesionales sobre el miedo, el trauma o la herida [The Wound/ La Herida (2015)], Ana Pastor indaga sobre las formas terapéuticas en las que el humano trasciende como un no-ser.
En Not to be/ No ser (2012) nos presenta la documentación de un acto performativo para superar el miedo a la muerte basado en el Manual de Psicomagia de Alejandro Jodorowsky: un libro de trabajo para curar la mente inconsciente mediante actos simbólicos que bebe de la experiencia artística, el conocimiento de Freud y Jung y las artes curativas tradicionales del chamanismo. Muerte, entierro, cartas de despedida de familiares y amigos, todo se recrea para el enfrentamiento a la ansiedad que produce la certeza de la propia desaparición. Por otro lado, Pastor nos acerca al abrupto abismo de la herida. En cirugía “manifestar la herida” es abrirla para conocer el daño, explorarlo y curarlo con el fin de erradicarlo -método que a lo largo de su trayectoria la artista ha planteado en su trabajo. En psicología, una de las pautas más seguidas para curar el daño emocional es empatizar con el dolor ajeno, así llegando a comprender el propio. En The Wound/ La Herida, vídeo colaborativo, conocidos y extraños abordan qué significa dicha palabra con el fin de sumar experiencias y paliar la aflicción de nuestra propia existencia como humanos.
Estas primeras ideas servirían como passage del egótico yo hacia una comunidad de múltiples en una perspectiva eco-ambiental. Es decir, del no-ser al interser. Un ser consciente de su interdependencia con otros seres, especies y formas de vida. Así, Pastor volvería su mirada hacia lo micro en un gesto de reivindicación del invisible, intangible y, sin embargo, poderoso microbioma. En Depths/ Profundidades (2017) la artista inicia un viaje que se origina en la exploración de su propia sangre liofilizada. En la búsqueda de lo más profundo, en el tejido vivo, en la fuente conectiva de nuestra biología parece explorar el sentido primordial de la vida. Entonces, la sangre, atraída por la mirada bajo el microscopio, nos muestra lo que podría entenderse como un paisaje de nuevos universos. Los majestuosos diseños que ejerce el plasma en combinación con los glóbulos y plaquetas, tras la criodesecación, nos revelan formas rocosas como las de Tierra, Marte o Venus, pero también a ciertas “partículas” celestes que nos recordarían a los meteoritos o asteroides llegados a nuestro planeta. Es decir, partes minúsculas de otros mundos que nos advierten de un universo mayor. Y que, más tarde, en la instalación Interbeing/ Interser (2019) adquiriría una magnitud cósmica al ponerse en relación con la vida compartida como parte de un superorganismo. De hecho, como explica Pastor, estas piezas se inspirarían en las teorías que Lynn Margullis o Gilles Deleuze y Felix Guattari desarrollaron en relación a la idea de multitud y comunidad como organismo y unidad.
En esta instalación, compuesta por numerosas placas de Petri y una proyección en vídeo, se nos invita a pensar cómo se desarrolla nuestra vida como el conjunto de relaciones entre diferentes microorganismos. De hecho, este trabajo se asienta sobre la base del estudio del microbioma. Es decir, el grupo de microorganismos que cohabitan con nuestras células en una comunidad de múltiples. Así, las placas Petri recogen las muestras de los diferentes microbiomas, pero con una peculiaridad. Pastor, como si de una científica se tratase, pone bajo experimento la siguiente cuestión: ¿qué sucede con nuestro microbioma cuando está en contacto con el de otros? Así, a partir de los resultados generados por el contacto entre diferentes individuos, ya sea a través de una caricia, un beso o de relaciones sexuales, se muestra cómo nuestros microorganismos interaccionan generando una nueva comunidad o como Pastor designa, tomando prestado del budismo, construyendo un inter-ser. Aquí cada cuerpo se comprende en correspondencia a su relación con una multiplicidad de seres que componen no solamente el microbioma sino las formas de vida en nuestro planeta. De esta manera, Weareone (2021) revisitaría la divisa budista como un “nosotros somos uno”, “uno es una multiplicidad de seres”. Pastor vuelve a las placas Petri, en esta ocasión sobredimensionadas, casi creando unos globos planetarios de vida microbiana. Las dos placas son imágenes tomadas del microbioma antes y después de un beso. La actividad de un “nosotros” trasciende la propia acción del beso para convertirse en una comunidad más allá de nuestra forma humana representando de nuevo los diferentes modos de existencia. Pues, entre tu cuerpo y el mío universos de vida se expanden aflorando en la superficie de lo visible.
Johanna Caplliure
Comisaria, crítica y docente
de Estética y Teoría del Arte
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Between your body and mine universes of life expand
From not-being to nothing, to the void or to the eternal. And from interbeing to the multiplicity of forms of life which we cohabit with, that is, to the totality of existence. The exhibition 'Del no-ser al interser' establishes the development of self-awareness as a principle towards a politics of agency focusing on our relationships with other beings or life forms. Thus, this exhibition operates between the experimental processes of registration of what we could call 'the experience of existence'. Through photography, video, the document and the scientific object, as well as installation, a research work in which Ana Pastor has been immersed in the last ten years is unraveled.
The exhibition starts from the conceptualization of the notion of non-being through a series of works that delve into the use of self-knowledge devices, as well as confessional resources to arrive at a being doomed to nothingness, death and emptiness. Through the performativity of certain ancestral healing methods of shamanic cultures that aim to develop self-perception [Not to be/ No ser (2012)] to the proliferation of confessional exercises on fear, trauma or injury [The Wound/ La Herida (2015)], Ana Pastor investigates the therapeutic forms in which the human transcends as a non-being.
In Not to be/ No ser (2012) she shows the documentation of a performative act to overcome the fear of death based on Alejandro Jodorowsky's Manual of Psychomagic: a workbook to heal the unconscious mind through symbolic acts that draws from the artistic experience, the knowledge of Freud and Jung and the traditional healing arts of shamanism. Death, burial, farewell letters from family and friends, everything is recreated to confront the anxiety produced by the certainty of one's own disappearance. On the other hand, Pastor brings us closer to the abrupt abyss of the wound. In surgery, "manifesting the wound" means opening it to discover the damage, explore it and cure it in order to eradicate it - a method that the artist has proposed in her work throughout her career. In psychology, one of the most followed guidelines to heal emotional damage is to empathise with other people's pain, thus coming to understand one's own. In The Wound/ La Herida, a collaborative video, acquaintances and strangers address what this word means in order to add experiences and alleviate the affliction of our own existence as humans.
These first ideas would serve as a passage from the egoic self to a community of multiples in an eco-environmental perspective. That is, from non-being to interbeing. A being that is aware of its interdependence with other beings, species and life forms. Thus, Pastor would turn his gaze towards the micro in a gesture of vindication of the invisible, intangible and, nevertheless, powerful microbiome. In Depths/ Profundidades (2017) the artist begins a journey that originates in the exploration of her own freeze-dried blood. In the search for the deepest, in the living tissue, in the connective source of our biology, she seems to explore the primordial meaning of life. So, the blood, attracted by the look under the microscope, shows us what could be understood as a landscape of new universes. The majestic designs exerted by the plasma in combination with the globules and platelets, after cryo-drying, reveal to us rocky forms such as those of Earth, Mars or Venus, but also certain celestial "particles" that would remind us of meteorites or asteroids that reached our planet. That is, tiny parts of other worlds that warn us of a larger universe. And that, later, in the installation Interbeing/ Interser (2019) it would acquire a cosmic magnitude by relating to shared life as part of a superorganism. In fact, as Pastor explains, these pieces would be inspired by the theories that Lynn Margullis or Gilles Deleuze and Felix Guattari developed in relation to the idea of crowd and community as organism and unity.
In this installation, made up of numerous Petri dishes and a video projection, we are invited to think about how our lives unfold as the set of relationships among different microorganisms. In fact, this work is based on the study of the microbiome. That is, the group of microorganisms that cohabit with our cells inside a community made up of multiples. Thus, Petri dishes collect samples from different microbiomes, but with a peculiarity. Pastor, as if she were a scientist, puts the following question under experiment: what happens to our microbiome when it is in contact with other people's one? Thus, from the results generated by the contact between different individuals, whether through a caress, a kiss or sexual intercourse, it is shown how our microorganisms interact generating a new community or as Pastor designates, borrowing from Buddhism, building an inter-being. Here each body is understood in correspondence to its relationship with a multiplicity of beings that make up not only the microbiome but also the forms of life on our planet. In this way, Weareone (2021) would revisit the Buddhist motto as "we are one", "one is a multiplicity of beings". Pastor returns to the Petri dishes, this time oversized, almost creating planetary globes of microbial life. Both plates are images taken of the microbiome before and after a kiss. The concept of "we" transcends the actual action of the kiss to become a community beyond our human form, once again representing the different modes of existence. Therefore, between your body and mine, universes of life expand, emerging on the surface of the visible.
Johanna Caplliure
Curator, critic and teacher
of Aesthetics and Theory of Art
…De la unión substancial de cuerpo y alma podemos decir que discurre la obra de Ana Pastor (Alicante, 1972), la materia, que correspondería a la fisicidad, a la presencia tangible de las personas, el cuerpo, y el alma, cuyos atributos son la espiritualidad, la inmaterialidad y la inmortalidad. La composición existencial de esta unión pueden desembocar, como es el caso de esta artista, en un trauma doloroso emocional con repercusiones en la fisicidad producido por una larga enfermedad y muerte posterior de un familiar muy cercano e íntimo; materialidad e inmaterialidad; vacío, lleno; alegría, dolor. Presencia, ausencia. Consecuencia que motiva las cavilaciones y el corpus artístico de su indagación disciplinar. Para ello recurre a un entramado expresivo complejo de interactuaciones prácticas, al combinar dibujo, escultura, fotografía y performance. Un largo corolario de manifestaciones conectadas entre sí que representen óptimamente los propósitos perseguidos: hacer sentir las sensaciones experimentales de la presencia-ausencia, dolor, superación y aceptación ineluctable. En “Still life o naturaleza muerta” (un bloque-urna- de metacrilato las palabras “still life” escritas con su propia sangre para evidenciar metafóricamente la mutación aparente del fluido de la sangre hasta su desaparición) lo pone de manifiesto; materia, transitoriedad y mutabilidad de la existencia. Una obra profunda e inquietante por su verdad testimonial.
Epítomes reveladores (fragmento).
José Manuel Alvarez Enjuto (comisario y crítico de arte)